"Mejor tomar el cambio por los cuernos antes de que nos pille el toro” - Churchill
Te recomendamos que intentes meditar todos los días, si es posible, o por lo menos de lunes a viernes, porque a veces las actividades que tengas previstas para el fin de semana pueden perturbar la rutina.
Lo importante es, sobre todo, que sigas caminando con regularidad.
Si haces una pausa de varios días, no te alarmes, aprovéchalo para observar con lucidez los pensamientos o las emociones que te han hecho parar. Regresa a las motivaciones profundas que te llevaron y que te llevan a meditar.
Si empiezas a meditar, sentarte y meditar 10 ó 15 minutos puede ayudarte a ralentizar, a centrar la atención en ti mismo/a, y permitirte desarrollar la habilidad de calmarte y dirigir el foco de tu atención. También puedes hacer pausas meditativas breves de entre 3 y 7 minutos de vez en cuando durante el día para permanecer en contacto con tu estado de calma y de claridad. Verás cómo en pocos meses las sesiones de 20 a 30 minutos probablemente se adapten mejor a tus expectativas.
Pero recuerda que lo importante es la calidad de tu atención, más que la duración de tu meditación.
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