"Cuando ocupamos nuestro lugar, descubrimos que somos inquebrantables" - Jack Kornfield
- Para empezar, deberás encontrar tu motivación más profunda antes o durante las primeras sesiones: motivaciones interiores como tu bienestar mental o tu relación con los demás o con el mundo.
- Deberás ser claro contigo/a mismo/a en cuanto a la ausencia de materialización concreta o de objetivo final. Tienes que estar seguro/a de que tu motivación está bien alineada y que refleja bien esas ideas de un modo u otro.
- Desarrolla una convicción personal de que el esfuerzo vale la pena escuchando a otros meditadores o leyendo estudios: con eso alimentarás tu determinación y tu perseverancia.
- Plantéate simplemente esta pregunta: ¿cuál es mi intención real detrás de esta práctica?
- ¿Qué quieres aprender o comprender de tus modos de funcionar? ¿Obtener una mejor comprensión de tu mente, tener una mejor perspectiva?
- ¿Puede la meditación influir o tener impacto en la vida de las personas que te rodean?
- Coloca el foco en el lugar correcto: no hay ni que intentarlo con demasiada fuerza, ni abandonar, sino hacer algo que podría estar en el medio. Ese equilibrio, o en ocasiones desequilibrio, te ayudará a continuar con tu práctica.
- Practica: hablar de la meditación o leer un libro sobre el tema probablemente sea mucho más fácil y asequible que meditar, pero eso, lamentablemente, no tiene ningún impacto en tu cuerpo y en tu mente.
Intenta no tener demasiadas expectativas ni prejuicios.
Aquí tienes algunos consejos para mantener, cultivar e incluso ampliar esa motivación a lo largo de tu recorrido meditador:
- Prueba nuestro programa "Afianzar la práctica".
- Busca o vuelve a buscar la razón por la que meditas: ¿qué alimenta tu perseverancia y entusiasmo desde la primera meditación?
- Por ejemplo, ¿la búsqueda de una forma de paz interior, la capacidad para gestionar las emociones, confianza, una mente amplia y serena, una atención estable?
- Formula la razón, después busca la verdadera razón, y después busca la verdadera, verdadera razón.
- Cada nuevo día de meditación aporta un motor, una motivación distinta o parecida a la del día anterior, y tú tienes que tomar conciencia de ello y utilizarlo. "Sentarse y olvidar" es una máxima taoísta que resume muy bien esta práctica.
Es imposible fracasar o meditar mal. Pero hay que recordar que no es necesariamente agradable ni relajante.
- Perdónate por las sesiones olvidadas.
- Avanza por etapas en el aprendizaje de la práctica para meditar con regularidad y de forma sostenible.
- Cree en tu propia capacidad de crear nuevas costumbres virtuosas como esta.
- Sigue tus progresos en tu perfil, y motívate y recompénsate si lo deseas. Pide ayuda en nuestros foros o a los coaches de meditación.
- Recuerda que tú controlas tu agenda y estableces las prioridades.
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