Cuando meditas, a veces sientes una distracción (un olor, un sonido, … ) y eso te genera frustración. Es normal… siente esa frustración, mira cómo pasa y regresa a la respiración. 
Si la distracción persiste, en lugar de combatirla e intentar regresar a duras penas a la respiración, presta toda tu atención a esa distracción. Cuando conviertes la molestia en el centro de tu atención, la utilizas y le impides que se convierta en una distracción para tu atención. 

Quizás estés un poco contrariado/a... deja que ese sentimiento sea y obsérvalo con atención para comprender en qué parte de tu cuerpo y de tu mente se siente y cómo aparece esa frustración. 

Así te sumerges por completo en tu meditación.

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