A veces nos obsesionan los ruidos que producen los vecinos y nos sentimos tan atacados en nuestra intimidad que no podemos disfrutar de la paz y la alegría en nuestros propios hogares.
Es más grave nuestra propia percepción del ruido que nos produce angustia que el ruido en si.
Comentarios
1 comentario
Agregar comentario
Iniciar sesión para dejar un comentario.