Las dos disciplinas tienen en común la búsqueda de niveles modificados de conciencia, para lograr una forma de equilibrio psíquico y físico, con un enfoque holístico que tenga en cuenta las dimensiones físicas, mentales y emocionales. El control de la respiración es en ambos casos muy importante: una respiración consciente y voluntaria, lejos del piloto automático. Pero sofrología, a diferencia del yoga, no hay trabajo en posturas. Al no requerir un arreglo físico particular, es accesible para todos. Los ejercicios de sofrología se llevan a cabo en las posiciones cotidianas del día: de pie / sentado. Entonces la sofrología no tiene dimensión espiritual; ella es totalmente secular. Es más un aprendizaje que una enseñanza porque los estudiantes tienen un maestro, no un maestro, que transmite técnicas para que los estudiantes sean lo más independientes posible para que puedan practicar solos. Gracias a la sofrología, los practicantes pueden vivir su vida diaria de una forma más pacífica.
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